Ma. Fernanda Arauz

19 de may de 20213 min.

En Latinoamérica, 60 millones de personas sufren de dolor lumbar

Este padecimiento se presenta, en su mayoría, en la población económicamente activa. Tres especialistas explican la dolencia y enfatizan la importancia de evitar la automedicación y acudir al médico al momento de presentar alguna molestia. Un tratamiento inadecuado contribuye con la cronificación, dificulta el movimiento y complica la salud.

En Ecuador, la mayoría de pacientes con esta condición es parte de la población económicamente activa. Foto: Freepik

Para algunas personas, el dolor lumbar crónico tiene un origen mecánico: contracturas musculares, desviaciones de la columna vertebral o escoliosis. Para otras, empieza con enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante o algunos tipos de cáncer. Sin embargo, el 85% de los pacientes que lo padecen tienen lo que los especialistas denominan “dolor de espalda no específico” (sin origen físico claro).

Esta patología afecta a cerca de 60 millones de latinoamericanos. Debido a su intensidad, entre el 10% y 20% de pacientes sufre incapacidad como limitaciones para caminar, para interactuar socialmente, para hacer deporte y dormir. “Esto tiene importantes efectos en la salud mental, en la capacidad para realizar actividades diarias como trabajar y en su productividad”, señala Patricia Bonilla, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos. La cronificación de esta enfermedad se asocia a riesgos ocupacionales, que se han agravado con el aumento del teletrabajo durante la pandemia.

A decir de Fernando Hidalgo, traumatólogo ortopedista, en Ecuador esta situación no es muy diferente a otros países de la región. “La mayor incidencia de pacientes con dolores lumbares va del 50% al 80% en la población económicamente activa del país. Esto indica, que los más afectados son los trabajadores y, debido a la dolencia, su desempeño laboral puede verse disminuido de manera notoria”.

Fotos: Pixabay

Se estima que entre el 5% y el 30% de los pacientes en Latinoamérica tiene que dejar su empleo porque sus capacidades se limitan. Juan Sebastián de la Torre, cirujano de columna, explica que en Ecuador una de cada 1 000 personas abandona sus labores por dolor lumbar crónico. “Esta afección puede provocar una gran incapacidad para realizar tareas cotidianas, porque se produce en la columna vertebral, la que forma parte del esqueleto axial, en donde están contenidos todos los huesos del eje largo del cuerpo humano. Al estar inflamada, origina dolor en cualquier momento, incluso cuando la persona está en reposo”.

Bonilla resalta el impacto económico de esta condición: “Es considerada la enfermedad mecánica más costosa, ya que además de los gastos en tratamientos, hospitalizaciones e intervenciones, implica licencias por incapacidad y reemplazos temporales o permanentes”. En América Latina, se destina el 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a estos conceptos.

La afección se define como el dolor localizado entre las costillas y los glúteos, y puede extenderse al dorso, la pelvis y las piernas. Si bien, ocho de cada 10 personas experimentarán molestias en esta zona, en algún momento de su vida, su cronificación implica que se prolongue por más de tres meses y esté asociada a factores ocupacionales como levantamiento y transporte de cargas pesadas, pasar mucho tiempo sentado, malas posturas, rotaciones del tronco inadecuadas, sedentarismo y estrés laboral.

Hidalgo subraya que cerca del 15% del dolor lumbar se cronifica, por lo cual el tratamiento oportuno y dirigido al origen de la afección controla el proceso. “La automedicación encubre temporalmente una causa más seria del dolor lumbar, además de que los efectos adversos de medicamentos usados de manera inadecuada pueden generar daños gástricos o renales. Por ello, es imprescindible la valoración médica oportuna para dar el tratamiento más adecuado a quien padece dolor lumbar crónico”.

Si bien esta enfermedad tiene múltiples causas que requieren atención médica, Bonilla recomienda incorporar algunos cuidados para evitar la cronificación del dolor. Llevar una vida sana al mantenerse activo, realizar una rutina de ejercicios, no fumar y una dieta balanceada, lo que permitirá conservar un peso adecuado y contribuirá al manejo del estrés.

También es importante sostener el tronco erguido y los hombros atrás. Si está sentado, procurar que su espalda descanse en el respaldo de la silla. Hacer pausas durante el día y cambiar de posición con frecuencia. Asegurarse de tener una postura recta en caso de que levante y transporte peso.

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