Según la Academia Americana de Odontología Pediátrica, las caries de la infancia temprana se producen por la presencia de uno o más dientes cariados (cavitados o no), ausentes (debido a las caries) o restaurados en la dentición primaria (preescolar).
La lesión en el diente aparece como una mancha blanca, si esta progresa toma una coloración café y se forma una cavitación, que sin tratamiento se hará oscura y negra, lo que provocará la pérdida de gran parte de la pieza dental.
La ortodoncista Karen Boom señala que, “este tipo de caries afecta a los dientes superiores primarios y su progreso es acelerado”, también perjudica a la dentición e interfiere en el crecimiento y en el peso del infante. Se produce por el uso de biberón o chupón por un tiempo prolongado, ausencia o mala práctica de limpieza dental, alimentación rica en azúcares y carbohidratos.
Para controlar este trastorno es indispensable la correcta higiene –después de cada comida– con pasta dental que contenga flúor y un cepillo con cerdas suaves. Una alimentación variada es importante, donde se evite el exceso de alimentos azucarados y se priorice aquellos que contengan hierro.
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