La historia del sector farmacéutico es reciente y el avance de las últimas décadas resulta sorprendente: vacunas, nuevos métodos de diagnóstico y medicamentos biológicos, son algunas de las más relevantes ofertas tecnológicas que aportan a la consecución de los objetivos planteados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el campo de la innovación, MSD ha sido considerada referente, por estar a la vanguardia. Su compromiso se centra en el ser humano porque trabaja para salvar y mejorar vidas, a través del desarrollo de medicamentos y vacunas.
Durante el siglo XX, la clave para el desarrollo de la salud se enfocó en conocer la naturaleza de las distintas enfermedades infecciosas, la adecuada gestión de aguas residuales y el suministro de agua limpia. En las últimas décadas, la innovación sanitaria ha permitido progresos para tratar y curar patologías.
El informe ‘El valor del medicamento desde una perspectiva social’ expone que la innovación farmacéutica ha contribuido a la longevidad de la población. Según indica, el 73% de la mejora en la esperanza de vida, entre 2000 y 2009, puede atribuirse a nuevos medicamentos.
En Ecuador, afirma el INEC, en el 2020 la esperanza de vida para mujeres fue de 80 años y para hombres 74. La proyección para el 2050, será de 83 y 77 años, en su orden.
Este desarrollo, también impacta en las mejoras de los indicadores de la economía. Entre más tratamientos eficaces, menos riesgo de recaídas y de gastos en sistemas médicos. Solo en Estados Unidos, por cada unidad adicional de inversión farmacéutica, se logra un ahorro del presupuesto sanitario entre 2,4 y 8,3 veces mayor, por las hospitalizaciones que se evitan.
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