Preparar un plan familiar, buscar apoyo y modificar el horario de trabajo son parte de las recomendaciones que harían llevadera la responsabilidad de las clases en casa. Si la situación exige dejar a los niños con alguien externo, esta persona debe ser de absoluta confianza y presentar exámenes de covid-19.
Gran satisfacción causó el anuncio de que las clases, en el régimen Sierra-Amazonía (Ecuador), continuarán con la modalidad ´en casa´. Sin embargo. ¿qué desafíos trae consigo para la familia?
Nancy Cevallos es propietaria de un negocio de productos de primera necesidad. Ella contó a PRILMED, que el confinamiento obligatorio de las primeras semanas de la pandemia, en el país sudamericano, le forzó a cerrar el local por 15 días, provocándole cuantiosas pérdidas económicas. A este escenario, se sumó la dificultad de compartir sus actividades con las clases virtuales de sus hijos de 10 y 6 años, pues los horarios chocaban con su tiempo de trabajo. Con este antecedente, Cevallos expresó su temor ente el presente inicio de clases.
Como esta, hay varias historias, cuya principal pregunta es: ¿cómo se enfrentará esta responsabilidad? Considerando que, de por medio, también está cuidar el empleo, sector que sufrió reducción de sueldos y tiempo de labores, mermando los ingresos de las familias.
PRILMED trasladó la inquietud al médico psiquiatra de Quito, Édison Almeida, quien alentó a los padres y tutores de los menores de edad a poner en la balanza los beneficios y dificultades que representa este reto, donde, a su criterio, la salud de la familia y su entorno debería primar sobre todas las cosas.
Entre las recomendaciones del Dr. Almeida consta desarrollar en equipo una agenda especial de actividades, donde se incluya: levantarse o almorzar con antelación a las clases virtuales (matutinas o vespertinas, respectivamente), sin ningún tipo de apuros. También se debe precisar la duración de las clases, un posible receso y el lapso que se dedica a los deberes. En este espacio no caben las distracciones.
En caso de que los encargados de los ‘peques’ estén obligados a salir a trabajar, deberán analizar la posibilidad de contar con el apoyo de una persona de absoluta confianza, que acompañe a los niños en el proceso de aprendizaje y custodie que toda la planificación se cumpla a cabalidad.
Si el delegado vive en casa se reducirá la posibilidad de contagio; pero, si viene de fuera, deberá certificar su estado de salud con los resultados de las pruebas PCR, cuya continuidad, no tiene que ser mayor a 15 días. Caso contrario, el riesgo de contagio, será latente. Ejercicio similar es preciso ejecutar con toda la familia.
El psiquiatra, Édison Almeida, hace hincapié en la comunicación. Señala que será clave y brindará tranquilidad el conocer, de primera mano, sobre cómo avanza el día dentro y fuera de casa, hasta que todos estén juntos al finalizar las tareas. Además, de ser posible, se sugiere solicitar a los vecinos, estén atentos a posibles novedades.
Otra alternativa planteada por el especialista es la posibilidad de modificar los horarios de labores. Este paso les permitiría compartir o dividir el tiempo entre las clases de los niños y el trabajo. “Es un período complicado y hay que estar prestos a las soluciones”, exclamó el psiquiatra.
Para el Dr. Almeida, el grupo con más dificultades será donde hay niños menores a 8 años, ya que su dependencia es más amplia. El panorama sería más alentador para las familias con niños mayores a esta edad. Si los padres cumplieron con su misión de informar y adiestrar en hábitos de bioseguridad y disciplina, estarán garantizados.
Por último, tal como se supone ocurría antes de la pandemia, los adultos deben mantener la dinámica de revisar las tareas de sus hijos, apoyarlos con las consultas y buscar espacios conjuntos de distracción, para precautelar la salud física, mental y espiritual de todos.
La organización, la disciplina y la creatividad de los ´grandes´ nuevamente definirán el comportamiento de los 'pequeños' en esta ´nueva normalidad´.
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