Dejar por completo el consumo de alimentos que desencadenan una alergia es el único mecanismo de prevención. Estas reacciones son distintas a las ambientales, no hay ningún medicamento que pueda impedirlas. Si se presenta una situación en casa, llame al ECU 911 y siga las indicaciones. La atención inmediata es fundamental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 300 millones de personas en el mundo son afectadas con algún tipo de alergia. En el Ecuador, las epidemias anuales alérgicas afectan entre el 5% y el 20% de la población. También se estima que un 50% de casos surge en las ciudades más pequeñas. Los grupos más vulnerables a desarrollar este tipo de inconvenientes son los niños menores de 2 años, adultos mayores, embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas.
La Dra. Elizabeth Arias, de Farmacias Medicity, indica que las alergias alimenticias más comunes en los adultos son a ciertas proteínas como: mariscos (camarón, langosta y cangrejo), maní, frutos secos (nueces y nueces pecanas) y pescado. Y en los niños, en cambio, son al maní, frutos secos, huevos, leche de vaca, trigo y soya.
Qué hacer si al momento de servir un alimento, la persona que lo consume es alérgica y se empieza a hinchar y a ahogar ¿Cómo ayudar a alguien en estas circunstancias? Arias explica que lo importante es detener inmediatamente la exposición al alimento sospechoso que provocó la reacción alérgica, preguntar a la víctima si tiene antecedentes de alergia y con qué se la trata. Solicitar ayuda al ECU 911 y seguir las indicaciones.
Se tiene, también, que valorar la permeabilidad de las vías respiratorias, cómo está la respiración del enfermo, la circulación sanguínea y el estado de conciencia. En el caso de que se produzca un paro respiratorio o circulatorio, iniciar la resucitación. Para ello, coloque al paciente en posición decúbito dorsal (bocarriba) con las piernas levantadas, lo que ayuda en el tratamiento de la hipotensión. Si tiene trastornos de respiración, vomita o está en período de gestación, colóquelo sobre su lado izquierdo.
Si no hay signos de respiración, tos ni movimiento, comience con la reanimación cardiopulmonar (RCP). Realice compresiones de pecho ininterrumpidas, aproximadamente 100 por minuto, hasta que lleguen los paramédicos. La persona debe recibir tratamiento de urgencia, aunque comience a aliviarse es posible que los síntomas reaparezcan. Suele ser necesario el control en un hospital durante varias horas.
Si está con alguien que tiene signos y síntomas de anafilaxia (sensibilidad excesiva a ciertas sustancias alimenticias o medicamentosas), no espere a ver que mejoren espontáneamente. Requiere con urgencia atención profesional, ya que, en los casos graves, esta condición no tratada puede provocar la muerte en media hora. Los antihistamínicos como la loratadina o la cetirizina, no son suficientes para contrarrestarla. Estos medicamentos alivian las manifestaciones de la alergia, pero actúan muy lentamente.
Los síntomas que se observan, cuando una persona es alérgica, pueden ser leves, moderados o muy graves. Aparecen con frecuencia en un lapso de entre pocos segundos y algunos minutos, después de la exposición al agente causal. Se presenta en la piel: urticaria o edema vasomotor, enrojecimiento cutáneo; en el sistema respiratorio: edema de las vías respiratorias superiores, ronquera, estridor, tos, sibilancias, disnea y rinitis; en el tracto digestivo: náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. También se registra reacción sistémica (hipotensión) como mareos, cefalea, contracciones uterinas y sensación de peligro.
En el hospital, al paciente se le debe aplicar el protocolo de primeros auxilios, valorar su vía aérea, administrar adrenalina y oxígeno, perfundir (introducción lenta) fluidos, monitorizar signos vitales, colocar fármacos broncodilatadores y antihistamínicos, así como glucocorticoides, de ser necesario.
En casa, una vez que la alergia alimentaria ya se ha presentado, la mejor manera de prevenirla es conocer y evitar los productos o sustancias que causan estos signos y síntomas. Sea consciente de lo que come y bebe. Asegúrese de leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos. Si ya ha tenido una reacción grave, use un brazalete o un collar de alerta médica, que permita informar que tiene esta particularidad. Lleve una prescripción de epinefrina de emergencia, siempre y cuando sea recetada por un profesional médico.
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