Los medicamentos biológicos son considerados el futuro de la medicina personalizada. A través de estas terapias, los pacientes con enfermedades crónicas reducen los efectos secundarios originados por los fármacos químicos y elevan notablemente su calidad de vida.
Mejorar el tratamiento para enfermedades crónicas o incurables es una de las premisas de los medicamentos biológicos. Lo que antes se denominaba la medicina del futuro, hoy se aplica en pacientes diagnosticados con artritis reumatoidea o cáncer. Los resultados conseguidos son evidentes en las personas que han visto afectada su movilidad o rutina, debido a los procesos inflamatorios.
De acuerdo con la doctora Rosa Elena Salazar, médico internista y reumatóloga, los avances en este tipo de medicina permiten que, con más frecuencia, se personalicen las terapias para patologías como la esclerosis o el lupus eritematoso sistémico.
Los medicamentos biológicos tienen la capacidad de adelantarse a la progresión de las enfermedades en las primeras etapas. Se diferencian de un medicamento químico, porque su composición es más compleja, requiere años de investigación y no puede ser copiado de forma exacta.
Su principal característica es tratar con eficacia estas condiciones crónicas, de tal manera que disminuyan significativamente los efectos secundarios.
De ahí que, un paciente que reciba terapia biológica estará en constante evaluación, justamente para identificar la efectividad del medicamento y ser más precisos en las dosis y prescripción de los mismos, aclara la doctora Salazar.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos son idóneos para recibir medicamentos biológicos. Es necesario realizar varios exámenes y pruebas que indicarán si una persona puede acceder a ellos.
En principio, se debe descartar procesos infecciones activos como hepatitis B o C. Esto contrarrestaría la capacidad de la medicación y, además, si el individuo ha estado mucho tiempo bajo un régimen de fármacos químicos, lo más probable es que no se adapte a la terapia biológica de inmediato.
¿Existe un perfil clínico definido para los beneficiaros de este sistema? Aquellos que, a pesar de tomar mucha medicación para combatir procesos inflamatorios como la artritis o el lupus eritematoso sistémico, no pueden controlar el dolor y no han vuelto a tener periodos de remisión de la enfermedad, pueden intentar un cambio de tratamiento.
Para la doctora Salazar, y de acuerdo con varias investigaciones médicas, el porcentaje de remisión de enfermedades crónicas o sistémicas, luego de usar medicamentos biológicos, es más alto que el que se consigue con una terapia tradicional.
Un claro ejemplo, es la remisión en los pacientes con artritis reumatoide, es decir, la disminución de los síntomas en un 35%, comparado con el 14%, si solo se administra medicamentos tradicionales, tal como lo demuestra una publicación de la revista científica The Journal of Reumatology.
Antes de buscar un tratamiento de este tipo, se debe consultar con el médico de cabecera, para encontrar la mejor opción terapéutica. De acuerdo con la doctora Salazar, es importante que el paciente sea consciente de que no se produce un cambio inmediato, aquí la clave es saber que una terapia convencional no está haciendo efecto en el organismo por lo que se decide probar una nueva.
Esto también es determinante al iniciar un tratamiento biológico, pues no existe un tiempo establecido para ver las primeras respuestas. Los resultados pueden darse a los 15 días o un mes, pero lo que hará que un medicamento biológico mantenga su eficacia es la evaluación constante.
Cada terapia se diseñará de acuerdo con las necesidades del paciente. Esta es la ventaja frente a un medicamento químico. El mejoramiento del sistema inmune es la variable que cada médico debe evaluar, el objetivo es elevar la calidad de vida, concluye Salazar.
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