La oculoplastia es una subespecialidad de la oftalmología que trata, clínica y quirúrgicamente, enfermedades relacionadas a los párpados, la vía lagrimal y la órbita. Los procedimientos son ambulatorios, se realizan con anestesia local y toman entre 40 minutos y 1 hora.
La Dra. Rebeca Andino, oftalmóloga de la Clínica Andes Visión, explica que “los resultados se evidencian a partir del octavo día posterior a la cirugía. Sin embargo, serán definitivos en un tiempo aproximado de tres meses, una vez que ceda la hinchazón de los párpados”.
Es imprescindible que el paciente sea evaluado previamente por un especialista, para determinar si la oculoplastia es la opción ideal para atender su dolencia. Este procedimiento corrige varias patologías visuales como las malposiciones palpebrales (alteraciones en la posición de los párpados), donde se refleja un exceso de piel en los párpados, párpados caídos, ectropión (párpado caído hacia afuera), entropión (párpado enrollado hacia adentro) y protrusión de grasa de los párpados (ojeras y bolsas de grasa).
También ayuda con pterigión, crecimiento anormal de tejido que tiene forma triangular y se extiende desde la conjuntiva hasta la córnea. La orbitopatía tiroidea, que se refiere a la inflamación de los músculos y grasa orbitaria, generada por enfermedades como el hipotiroidismo e hipertiroidismo, es tratada con la oculoplastia.
Las obstrucciones de la vía lagrimal de niños y adultos, un problema que genera lagrimeo continuo, y los lagoftalmos paralíticos, que es la imposibilidad de cerrar los párpados como secuela de la parálisis facial, tienen solución con esta intervención.
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