La mamografía es el examen más efectivo para prevenir cáncer de mama. Sin embargo, en casa también puede estar alerta. Consulte a su médico, más aún si tiene antecedentes familiares.
El cáncer es una de las enfermedades crónicas no transmisibles de mayor afectación en el mundo. Según la Sociedad Ecuatoriana de Oncología, en Ecuador, es responsable de 15 de cada 100 muertes y, de acuerdo con el Global Cancer Observatory (Globocan), durante el 2020 se detectaron 29 273 nuevos casos, de los cuales 15 123 pacientes fallecieron.
En América Latina el desafío por enfrentar a la enfermedad es aún mayor. Esto responde a las desigualdades socioeconómicas, demográficas y ambientales; por lo que, conforme a la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares.
Según datos del INEC, el fallecimiento por cáncer de mama en el Ecuador ocupó el undécimo lugar de causas generales de muerte femenina, en 2017. De las 3 430 defunciones reportadas, entre el 2012 y 2017, el 99,3% que murió fueron mujeres. En coincidencia con las estadísticas de Globocan, en 2018, los tipos de cáncer más comunes según su incidencia fueron los de mama, con 2 787 casos (18,2%), y el de cuello uterino, con 1 612 (10,6%).
¿Cómo detectarlo a tiempo? Ximena Zurita, ginecóloga de Roche, explica que cuando el cáncer está en un estadio temprano, la mamografía es el examen sugerido, ya que pueden existir nódulos, que solo con la palpación no se los puede sentir.
Es por ello que, al llegar a los 40, la mujer debe someterse a este examen cada dos o tres años; y cuando tenga 50, cada año. En casa, “evite la obesidad, el exceso de alcohol, fumar y haga ejercicio. El cáncer de mama es hereditario en un 10%, en el restante 90% influyen factores externos”, aclara la especialista.
Para realizar el autoexamen, a pesar que Zurita recalca que no reemplaza a la efectividad de la mamografía, “debe acostarse recta, sin almohada. Su mano colocar atrás de la cabeza, asentar el codo y, con la otra mano, palpar la mama y la axila. Hacerlo una vez al mes, siete días después de terminar el período menstrual. El autoexamen no permite al 100% detectar nódulos extraños en las mamas o en las axilas, no lo olvide”.
Hoy, hay que tomar en cuenta que los tratamientos son menos invasivos. Hace unos años, afirma la experta, a todas las pacientes se les hacía una mastectomía radical (extirpar la mama, los músculos y los ganglios). En la actualidad, se analiza qué tipo de tratamiento es factible, si se requiere quimioterapia o solo medicación, si la cirugía va primero o no, entre otros. “Contamos con medicina de precisión, la cual tiene efectividad siempre y cuando se la ejecute a tiempo. Podemos saber qué originó la dolencia, qué hizo que el tumor crezca y definir qué hacer”.
Cuando le detectan cáncer, los cuidados en casa después de un tratamiento de quimioterapia o cirugía son importantes. Debe seguir con mucha disciplina las indicaciones del médico y es clave una correcta alimentación, siempre hidratarse y dormir bien. El apoyo familiar juega un papel fundamental para un mejor resultado. También hay medicina alternativa que, si bien no reemplaza a los tratamientos médicos, ayuda a palear ciertas dolencias.
Recuerde que es necesario estar alerta si hay antecedentes familiares de esta enfermedad. No importa la edad que tenga, solo tome en cuenta las recomendaciones. Entre los pasos a seguir está la autocapacitación en el tema. Ante la problemática, Roche Ecuador combina ciencia, investigación e innovación en la atención de necesidades médicas insatisfechas, a través de soluciones que van desde el diagnóstico hasta el tratamiento de múltiples enfermedades. Tiene una alianza con el Club Ñañas, con quienes realiza la campaña ‘Decide por ti, que el cáncer no te gane el partido’.
Para su ejecución, se trabajará en tres pilares importantes. Primero, la vocería para posicionar mensajes sobre prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento personalizado de cáncer de mama y cáncer de cuello uterino, a través de medios de comunicación, redes sociales e interacciones con la comunidad. Segundo, la educación, mediante foros sobre salud femenina. Tercero, la política pública, con el objetivo de generar acercamiento con entidades gubernamentales y líderes de opinión, con el fin de obtener propuestas que permitan la cobertura de diagnóstico y tratamiento para el cáncer de mama y cuello uterino.
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