Esta condición suele afectar las manos, los pies o la zona de las costillas, en un área no mayor a una hoja de papel, tamaño A4. El 39% de las consultas está relacionado con la diabetes y el herpes zoster.
Las enfermedades metabólicas, como la diabetes y las infecciones virales como el herpes zoster, son las causas más frecuentes del dolor neuropático, una condición crónica caracterizada por la extrema sensibilidad ante estímulos mínimos como el roce de la ropa o el tacto.
Es un trastorno producto de una lesión o enfermedad del sistema nervioso. Mario Paz, especialista en Manejo del Dolor, explica que “a pesar de ser frecuente es poco conocido y difícil de identificar debido a que sus características son únicas”. Se siente un dolor quemante, electrizante, punzante y hormigueo de gran intensidad; se acompaña de alteraciones en el área como disminución, ausencia o aumento de todo tipo de sensación o dolor ante un estímulo no doloroso.
“Las personas que lo padecen ven afectada la calidad de su vida personal, familiar, social y laboral, porque presentan ansiedad, irritabilidad, miedo, depresión e insomnio. Mientras que, para algunos puede llegar a ser incapacitante al depender de varios factores como localización, horario, periodicidad e intensidad”, explica el profesional.
Se estima que 13 millones de latinoamericanos presentan dolor neuropático localizado (DNL). De este total, el 60% lo siente en un espacio no mayor a una hoja de papel, tamaño A4, y tiende a estar asociado con enfermedades del sistema nervioso somatosensorial.
Alrededor del 30,4% de las consultas por esta dolencia tienen relación con la diabetes y se estima que el 20% de los adultos con diabetes mellitus tipo 2 la padecen, debido a que se lesionan progresivamente los nervios de los dedos, pies y manos (neuropatía diabética).
Si el paciente tiene herpes zoster, el 8,7% sufre y experimenta una sensación de quemadura o corrientazo en la zona del torso donde antes se situó la lesión cutánea del herpes. También hay el síndrome de dolor crónico posquirúrgico, se calcula que el 6,1% de las consultas son producto de cirugías como amputaciones, mastectomías o intervenciones en el tórax (toracotomía), que pueden incidir en los nervios.
El DNL se presenta en el síndrome del túnel carpiano por el uso de celular, mouse y otras actividades manuales, que pueden comprimir el nervio mediano (que atraviesa palma y muñeca). Esto produce adormecimiento y calambre en los dedos.
En Ecuador los casos de DNL son frecuentes en la consulta de atención primaria (general y familiar), algunas personas acuden al neurólogo o al médico internista y unos pocos casos refractarios, es decir cuando la enfermedad no responde a un determinado tratamiento, visitan la unidad de dolor, afirma Paz.
Patricia Gómez, especialista en dolor y secretaria académica de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor (Fedelat) indica que el diagnóstico oportuno y el abordaje multidisciplinario del DNL son fundamentales para evitar la cronificación y un daño nervioso permanente. Con este fin, es necesario ampliar la formación en dolor crónico de los profesionales médicos y mejorar los sistemas públicos de salud, para que el diagnóstico pueda darse desde la atención primaria.
Al respecto, Paz sostiene que, en Ecuador, “la evaluación y manejo del DNL en la atención primaria es un reto que requiere del fortalecimiento de la educación a los médicos, quienes deben conocer las últimas rutas a seguir luego del diagnóstico y acceder, oportunamente, a opciones de tratamientos incluidos dentro del cuadro básico de medicamentos”.
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