La radiación UV de Ecuador es extremadamente alta. No es suficiente solo protegerse con sombrilla o con gorra, también cuide la ingesta de alimentos y la hidratación correctas.
El verano es sol, viento, polvo, sequedad, playa, vacaciones; tiene muchas cosas por disfrutar, pero también por cuidar, como la piel. En Ecuador los niveles de radiación traen graves consecuencias. Según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), desde mediados de junio, la mayoría de las provincias del país sufrirán una radiación UV muy alta y alta.
¿Cómo la tecnología, aplicada al cuidado facial, puede ser un soporte para que su piel se proteja y luzca radiante cuando hay exceso de sol? Las dolencias más frecuentes en esta estación, explica Pamela Vásquez, doctora en Medicina y Cirugía, con maestría en Medicina Clínica Estética, es el fotoenvejecimiento por el exceso de sol. “No solo aparecen manchas, la piel se deshidrata y esto se refleja con las arrugas; las líneas de expresión se acentúan y se hacen más profundas”.
Con el soporte de equipos electrónicos es posible identificar –en cabina– el tipo de piel, afectaciones por mala alimentación, deshidratación o la carencia de acertados cuidados faciales durante el día y la noche. En Ecuador, corrobora, la especialista, el sol es recibido de forma perpendicular, con una alta radiación. Esto produce mayor riesgo de padecer cáncer de piel, aparecen manchas leves, profundas, léntigos, etc. y la piel se afina, adelgaza, avejenta, entre otros.
Con el dermapen, microneedie o microquies, equipo similar a un esfero, se trabaja en la hidratación de la piel, con principios activos hidratantes, que es clave en verano. Una máquina que gusta mucho a Vásquez es la radiofrecuencia (foto), que es un cabezal que genera un calor no invasivo, con un conductor como gel o cremas, trabaja sobre la base de las capas faciales, estimula la regeneración del colágeno (neocolagenesis), elastina y fibrinógeno, que evitan la flacidez de la piel.
Las sesiones que se recomiendan dependen de la dolencia. Sin embargo, se pueden realizar entre cuatro y seis por semana o cada 15 días. En ciertos casos, se combina la radiofrecuencia con ultrasonido, microagujas, electrodos, etc.
El proceso médico, con ayuda de la tecnología, solo representa el 50% del trabajo. El otro 50%, aclara Vásquez, depende de la colaboración del paciente. “La ingesta de alimentos, de líquidos y la rutina facial disciplinada son fundamentales. El colocarse las cremas correctas, el protector solar +50 cada tres horas, cuidar el contorno de ojos, etc., también son importantes. No basta con usar maquillaje con filtro solar o sombrilla, en solitario, deben ir acompañados del protector solar. Es aconsejable el agua termal, para refrescar el rostro”.
La mesoterapia hidratante, con ácido hialurónico, es ideal para el verano, ya que evita la inflamación. “Hay pacientes que retienen líquidos y con el calor se hinchan. Es conveniente beber más, usar agua termal y que se hagan una especie de drenajes con sus dedos. Al viajar, recuerde que el aire del interior del avión reseca el cutis”.
En Ecuador los problemas de la piel más comunes, sobre todo en Quito, son la presencia de melasma, paño, léntigos, y manchas. Otro inconveniente de los rayos UV de este país es que no permite trabajar con tratamientos agresivos que eliminen el 100% de alguna dolencia, porque resulta contraproducente, afirma la profesional.
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