Las ideas de una nutrición saludable y bajar de peso no han salido de la mente del consumidor. Los hábitos alimenticios han evolucionado a lo largo de la historia. Recetas, dietas, ayuno y porciones controladas se han combinado, en los últimos 40 años, al momento de sentarse a la mesa.
La evolución en las tendencias de las dietas y las preferencias alimenticias, a lo largo de las últimas cuatro décadas, refleja que siempre hay algo nuevo que intentar. Es decir, en años recientes hubo más coherencia al promover una nutrición equilibrada y un estilo de vida activo y saludable.
Susan Bowerman, directora senior de Educación y Capacitación Mundial sobre la Nutrición de Herbalife Nutrition, explica las preferencias que tenemos en alimentos y cómo los consumimos. En los 80, por ejemplo, lo ‘in’ del momento fue reducir las grasas de cualquier fuente –incluso aquellas saludables– e ingerir muchos carbohidratos y azúcares.
Surgieron novedosos planes alimenticios como la dieta de la sopa de col, que consistía básicamente en agua y col. Si bien la gente bajaba de peso, perdía muchas vitaminas, minerales y proteínas. La dieta de Beverly Hills se enfocaba en una combinación de alimentos que ayudaba a las personas a evitar los carbohidratos y proteína, al mismo tiempo, y las porciones eran naturalmente más pequeñas.
La tendencia de restringir las grasas continuó en los 90. Muchos productos sin ella, como galletas y bocadillos, invadieron el mercado. Ganó espacio la idea de que se podía comer todo lo que se quisiera sin subir de peso, pero esto no sucedió. Por tanto, las dietas más populares, de ese entonces, fueron: la de la zona, que recomendaba que cada comida incluyera 40% de calorías (provenientes de los carbohidratos), 30% de proteína y 30% de grasa. O la basada en el tipo de sangre que, si bien fue desacreditada, sentó las bases para una tendencia enfocada en la nutrición personalizada.
Para el 2000, los planes alimenticios se enfocaron en un mayor consumo de proteína y menor ingesta de carbohidratos. Con el tiempo, los productores de alimentos crearon nuevas opciones para ir a la par con esta tendencia. Entre las dietas más destacadas está la Atkins, muy baja en carbohidratos; la de la limpieza total, y favorita de las celebridades, consistía en consumir jugo de limón, pimienta de cayena, un poco de miel y agua; y, la Special K, que remplazó dos comidas diarias con leche y cereal. Esta última, exigía controlar las porciones y las calorías. También estuvieron disponibles algunos bloqueadores de grasa de venta libre y las grasas trans fueron satanizadas, cuando se dio a conocer lo peligrosas que eran para la salud cardiovascular. El alimento de la década era el tocino y el té verde comenzó a cobrar importancia. Aparecieron tiendas de ‘smoothies’ (batidos) y los locales de productos orgánicos se multiplicaron.
En 2020 se continúa buscando opciones para reducir el peso, lo que implica el manejo de la comida en porciones. La gente ha optado por seguir alguna dieta, pero muchas veces sin ninguna guía. Esto demuestra la importancia y necesidad de educar a los consumidores acerca de la nutrición y los hábitos saludables. Ahora, más que nunca, la gente es consciente de la importancia de un régimen equilibrado. De hecho, la dieta del Mediterráneo, que tuvo su primer apogeo en los años 90, fue nombrada la Mejor Dieta Integral de 2020, por el US News and World Report. Factores como el impacto en el clima y el ambiente fueron tomados en cuenta al momento de producir sus ingredientes, basados en plantas sostenibles.
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