Las mujeres sufrieron las mayores consecuencias en su salud mental y física, durante la pandemia y el confinamiento. Esto responde, según el Instituto de Salud Pública (ISP) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), a las brechas de género materializadas en sus actividades dentro del hogar.
El ISP publicó la asociación entre el estado de salud auto informado y el encierro, en el artículo científico: ‘Determinants of self-reported health status during covid-19 lockdown among surveyed Ecuadorian population: a cross sectional study’, de la revista científica PLOS ONE.
La investigación demostró importantes diferencias de género en cuanto a depresión y ansiedad. El 38% de las mujeres que participó en la investigación registró ansiedad de moderada a severa, nueve puntos porcentuales más que los hombres, y el 35% tuvo cuadros depresivos, frente al 26% de ellos. Para esta investigación, el ISP realizó una encuesta en línea durante el 2020, donde fueron parte, de Ecuador, 1 801 personas del sexo femenino y 1 123 del masculino.
Según explica la Dra. Ana Lucía Torres, directora del ISP y una de las autoras del estudio, las cifras reflejan que las dolencias fueron consecuencia de las desigualdades en uso del tiempo, trabajo remunerado y no remunerado, y acceso a recursos materiales que padecieron ellas. Este análisis se llevó a cabo en una investigación internacional que incluyó a España, México, Perú, Chile, Brasil y Ecuador, con el objetivo de analizar los impactos de la pandemia y el confinamiento en la salud mental.
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