La fotoprotección supera al tradicional bloqueador solar
- Redacción Prilmed

- 27 ago
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Actualizado: 3 sept

Los avances en el cuidado de la piel determinan que el uso de productos con fotoprotección bloquean cuatro tipos de radiación. Esto incluye la solar y las emitidas por las pantallas de dispositivos electrónicos como celulares, computadoras y televisores.
La fotoprotección es un concepto que supera ampliamente el uso de bloqueadores solares. Se trata de una defensa frente a cuatro tipos de radiación nociva: UVB (ultravioleta B), UVA (ultravioleta A), HEV (luz azul o artificial) e IR-A (infrarroja A). Durante años, los protectores solares se han enfocado únicamente en bloquear la radiación UVB y UVA. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que la luz azul proveniente de dispositivos electrónicos y la infrarroja también causan daños significativos en la piel.

La exposición constante a distintas fuentes de radiación, desde la solar hasta la generada por pantallas electrónicas, ha transformado profundamente el enfoque sobre el cuidado cutáneo. Ya no se trata solamente de evitar quemaduras solares, sino de proteger la piel frente a diversas formas de radiación que provocan envejecimiento prematuro, manchas, pérdida de elasticidad y, en casos más graves, cáncer de piel.
María José Núñez, dermatóloga y vocera de Megalabs, afirma que “la fotoprotección se ha convertido en una herramienta indispensable para mantener la salud de la piel y que su aplicación debe ir más allá del verano o las actividades al aire libre. Hoy se sabe que la exposición a distintos tipos de radiación ocurre a diario, muchas veces de manera imperceptible, lo que exige una protección más integral”.

Un fotoprotector adecuado debe reunir tres características esenciales: protección de amplio espectro contra UVB, UVA, HEV e IR-A; formulación con ingredientes seguros como dióxido de titanio, óxido de zinc o Tinosorb A2B; y, una etiqueta clara que indique visiblemente los tipos de protección que ofrece. En este contexto, los profesionales de la salud desempeñan un papel crucial al orientar a los pacientes sobre la importancia de leer las indicaciones visibles en los productos, identificar los ingredientes correctos y no dejarse influenciar únicamente por factores como la textura o el nivel de fotoprotección solar.
El cuidado de la piel debe integrarse en todas las etapas de la vida, sin importar la región del país o el estilo de vida. Esta recomendación cobra relevancia en territorios como Ecuador, donde los niveles de radiación solar alcanzan cifras preocupantes que requieren atención permanente. A escala global, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se diagnostican entre dos y tres millones de casos de cáncer de piel no melanoma y alrededor de 132 000 casos de melanoma (el tipo más letal), lo que refuerza la urgencia de incorporar hábitos de fotoprotección como parte esencial del bienestar.







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