La insolación es común en épocas de verano y de temperaturas extremas. Se debe controlar la exposición a los rayos UV, hidratarse de forma adecuada y vestir con ropa y accesorios que lo blinden.
Julio fue el mes que registró olas de calor extremas en el mundo, en Phoenix se soportaron temperaturas superiores a los 43,3° C, durante 31 días consecutivos, con picos que alcanzaron los 47,8 o 48,3° C. En Europa, Roma registró 41,7° C y en Golfo Pérsico iraní, el índice de calor alcanzó 66,7° C.
El 16 de agosto, el Valle de la Muerte, en Estados Unidos, marcó un referente con la temperatura más alta a escala mundial, al término del verano: 54,4° C. En Ecuador, el sol incandescente, los cielos despejados y las ráfagas de viento moderadas se mantendrán en el octavo mes del año, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi). A ello, se suma la alta radiación solar a la que está expuesta, sobre todo, la población de Quito.
Cómo generar hábitos positivos para evitar el golpe de sol, de calor o insolación, que en casos extremos puede llevar a la muerte. Según explica la Dra. Gabriela Guevara, médico internista del Hospital de los Valles (HDVL), se produce por una excesiva y prolongada exposición a la radiación solar y a las altas temperaturas, sin los cuidados adecuados. Esta dolencia ocasiona disfunción en los órganos vitales como corazón, riñones, músculos y cerebro, con afectación al sistema nervioso central e incluso muerte si no es tratado oportunamente.
El golpe de calor se registra cuando el cuerpo llega a 40 grados y la persona afectada puede presentar dolor de cabeza, debilidad, calambres, dolores musculares, visión borrosa, nausea o vómito y desmayo, entre otros síntomas. Esta elevación de la temperatura no se produce por virus o bacterias que causan infección y no se la puede controlar con medicación, esta es ineficaz y debe evitarse, “su tratamiento es distinto y la hidratación es clave”.
Las personas sudan cuando sienten mucho calor y así regulan la temperatura del cuerpo, cuando se produce un golpe de calor existe una alteración de la regulación de la temperatura como consecuencia del sobrecalentamiento e impide que la persona libere sudor. Los más afectados son “los extremos de la vida”; es decir, los bebés y los ancianos. En el primer caso, cuentan con un mayor porcentaje corporal de líquidos y requieren un nivel más alto de hidratación; en el segundo, se registra poca cantidad de líquidos y la presencia de comorbilidades, que los deshidrata con mayor rapidez que a otras personas.
En un tercer grupo vulnerable se encuentran los deportistas, que se sobreesfuerzan o sobreentrenan en altas temperaturas. El exceso de sudor y de calor hacen que padezcan una pérdida rápida e importante de agua y sales minerales.
El buen hábito que se debe adquirir en época de verano es hidratarse, pero no con el litro diario de agua, que siempre se recomienda. La especialista sugiere que se beba entre dos y tres litros durante una actividad fuera y dentro de casa, “tomemos en cuenta que estamos expuestos a una alta radiación solar en Ecuador, sobre todo en Quito”.
Un segundo consejo es utilizar ropa adecuada, que no aumente el calor, ni la sudoración excesiva en el cuerpo, así la piel puede transpirar. También es clave que el protector solar sea su mejor aliado, suministrarse cada cuatro horas, sí o sí, y reforzarlo con el uso de gorra, gafas, sombrilla, etc. No exponerse a los rayos solares de 12:00 a 16:00, cuando la radiación solar es extrema, tampoco se recomienda el consumo de alcohol y hay que ingerir suficientes frutas y verduras, que son ricas en agua.
Qué hacer si se presentan síntomas, “hay que analizar si la persona estuvo expuesta al calor por largo tiempo. El afectado debe ser puesto bajo la sombra, colocarle compresas de agua fría en la cabeza, cuello e ingles, para enfriar su cuerpo. También, rociarle agua en la cabeza para bajar la temperatura, suministrarle líquidos orales y transportarlo al centro de salud más cercano.
