Myrkl, al no ser considerado fármaco, no ha requerido la aprobación de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido. La promesa del fabricante es que dos comprimidos eliminarían el 70% del licor ingerido, en 60 minutos.
Cuando son parte de la vida las celebraciones, la ingesta de alcohol y trabajar al siguiente día o quizás conducir, que salga al mercando un medicamento que quite los estragos de la mala noche, llama la atención. El pasado 4 de julio, Myrkl se puso a la venta en Reino Unido y se la conoce como la nueva píldora antiresaca.
¿Qué tan segura es, qué dicen los científicos, es recomendable ingerirla? El Dr. Paúl Pesántez, médico cirujano y docente de Anatomía, Farmacología, Gestión de Farmacia en el Centro de Capacitación y Desarrollo Integral Athenea, tiene sus reparos: “Su fabricante, la farmacéutica sueca De Faire Medical, afirma que, para garantizar su efectividad, realizó un estudio propio y que sus investigaciones iniciaron en 1990. Este análisis fue publicado en la revista Nutrition and Metabolic Insights. En el cual encuentro algunas inconsistencias”.
Según explica una revelación realizada en webconsultas Revista de Salud y Bienestar, Myrkl es un suplemento probiótico en forma de cápsulas que contiene dos bacterias: Bacillus subtilis y Bacillus coagulans, que se obtienen en la fermentación del arroz. También incluye dos vitaminas, la L-cisteína y B12. El objetivo es que con estas bacterias y minerales se evite que el alcohol llegue al hígado. Para ello, se lo descompone y se lo convierte en agua y dióxido de carbono. También indica que se debe suministrar dos tabletas.
Pesántez comenta que, si bien el fabricante explica que todos los componentes están autorizados y reconocidos por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), “la información no es completa. Recomiendan dos tabletas previas a la ingesta de alcohol; pero, en el estudio se detalla que se analizó a 24 personas, a las cuales se les suministró durante una semana esta mezcla de componentes”.
Otra de las dudas, a decir del especialista, es que en el panfleto promocional “se presenta como un medicamento mágico que quita los efectos de la borrachera. Pero, en el estudio se afirma que las personas que participaron en él, ingirieron 0,3 gramos de alcohol, por cada kilo de peso. Es decir, un vaso. No se especifica bien la cantidad, porque también se habla de dos vasos de vino”.
Los fabricantes aseguran, incluso, según explica antena3.com, que se tome la primera píldora 12 horas previas a la ingesta de alcohol; y la segunda, al menos una hora antes de comenzar a beber. Así se logrará que el 70% del licor se descomponga en 60 minutos.
Pesántez insiste, que la promoción está mal encaminada. “El estudio tiene limitantes, la población a la que se analizó es muy pequeña y de las 24 personas, solo se obtuvo resultado de 14. No es un grupo poblacional variado, la mayoría son de tez blanca, entre 18 y 55 años de edad. Y medir el nivel de alcohol en la sangre tuvo complicaciones, porque pasadas las tres horas no se lo detectó en quienes recibieron el medicamento y tampoco en quienes no lo tomaron”.
Otro artículo publicado en British Medical Journal también refleja debilidades argumentativas. Se centra en que se ha demostrado que Myrkl funciona, pero en una medida muy baja de consumo de licor. Es decir, no evita la embriaguez.
En lo referente al Ecuador, el costo de cada tableta sería de USD 1,50. Y se debe esperar que cuente con el registro sanitario del país para comercializarla. A decir de Pesántez, además, “esta medicina no presenta efectos secundarios; pero, en el análisis previo no se tomó en cuenta a las personas con comorbilidades preexistentes. No es posible declarar que sea seguro en su totalidad. Se pide tener precaución cuando llegan fármacos del extranjero y que aún no constan con las normativas del Ecuador, como el registro sanitario”.
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