Cómo cuidar las emociones infantiles durante las fiestas en diciembre
- Redacción Prilmed
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Las fiestas de fin de año despiertan alegría, ilusión y también desafíos emocionales en niños y adolescentes. Expertos explican cómo las emociones infantiles se intensifican en esta temporada y por qué el acompañamiento familiar es clave en estas fechas.

Las festividades decembrinas son una de las épocas que más emociones despiertan en la infancia y la adolescencia. Estudios del Journal of Environmental Psychology 2022 destacan que las celebraciones de fin de año fomentan la cohesión social, la anticipación positiva y la creación de recuerdos significativos. Estas experiencias se traducen en una mayor sensación de pertenencia, entusiasmo y conexión afectiva con su entorno.
Sin embargo, junto con estas emociones, también se presentan sentimientos de estrés, frustración o tristeza, dependiendo de las dinámicas familiares, los cambios de rutina o las expectativas asociadas a la temporada.
“Las festividades de fin de año estimulan un abanico de emociones. Cuando escuchamos a los niños y adolescentes sin presiones y los acompañamos desde la empatía, les ofrecemos un espacio seguro para disfrutar verdaderamente de estas fechas”, señala Jorge Grijalva, gerente de Educación de Innova Schools.
A continuación, el experto detalla los aspectos positivos que las festividades decembrinas generan en los niños y adolescentes:

Fortalecimiento del vínculo familiar: ritualizar actividades como cocinar juntos, encender luces o asistir a eventos escolares genera seguridad emocional y sensación de pertenencia.
Mayor expresión de emociones positivas: la anticipación festiva eleva el entusiasmo, la gratitud y la motivación en los niños.
Desarrollo de habilidades socioemocionales: la temporada estimula la solidaridad, empatía, generosidad y trabajo colaborativo.
Espacios para la creatividad y el juego: manualidades, obras escolares, juegos simbólicos y contar historias desarrollan lenguaje, imaginación y autonomía.
Construcción de recuerdos significativos: las experiencias de fin de año se convierten en memorias que fortalecen la identidad y el sentido de continuidad familiar.
“Aunque las festividades suelen vivirse como un momento positivo, también generan emociones complejas en algunos niños y adolescentes. Las expectativas elevadas, los cambios de rutina, la ausencia de seres queridos o situaciones familiares sensibles generan ansiedad, irritabilidad o aislamiento. Es importante estar atentos a señales como alteraciones del sueño, desánimo o retraimiento, y acompañarlos con presencia real y sin juicios”, explica Grijalva.
Frente a este panorama, el vocero de Innova Schools destaca acciones prácticas que las familias pueden aplicar para acompañar a niños y adolescentes durante esta temporada.
Recomendaciones para un acompañamiento saludable

Reducir la presión de tener unas ‘fiestas perfectas’: recordar que lo valioso no es lo material, sino los momentos compartidos.
Aceptar y validar emociones diversas: permitir que expresen tristeza, enojo, cansancio o alegría sin minimizar lo que sienten.
Mantener rutinas básicas: conservar horarios razonables de descanso, buena alimentación y un uso equilibrado de pantallas.
Involucrarlos en actividades festivas: participar en la decoración del hogar, preparar un gesto solidario, decidir dinámicas familiares o colaborar en la organización de encuentros.
La forma de acompañar este cúmulo de emociones infantiles en estas fechas definirá los tipos de experiencias que serán parte de su personalidad en el futuro. Cuando familia, escuela y comunidad actúan como aliados, las fiestas de fin de año se transforman en un escenario para fortalecer habilidades socioemocionales, construir vínculos y sembrar recuerdos positivos que los acompañarán toda la vida.



