La niebla mental pos-covid podría afectar entre el 10% y el 12% de la población. Y, de los síntomas específicos, se sabe que la dificultad de concentración ataca al 78%. Gabriela Villacís cuenta su historia, cómo superó el covid-19 y ahora cómo enfrenta la pérdida de su memoria. Un especialista expone qué hacer.
Si bien, hasta ahora se hablaba sobre las afecciones a órganos de los sistemas respiratorio y digestivo, como principales secuelas de quienes padecieron y superaron el covid-19, lo cierto es que la comunidad médica ha empezado a prestar especial atención a los daños que puede causar el virus en la parte neurológica.
Un ejemplo de este tipo de afectaciones es la llamada niebla mental pos-covid. Según explica Gregory Celis, doctor en Medicina y Cirugía, magíster en Investigación Clínica y Epidemiología, director médico de Laboratorios Bagó: “Esta dolencia se produce porque el virus no afecta solamente a las células respiratorias, sino también a las del sistema nervioso central o periférico. Por ello, es muy importante identificar este tipo de secuelas. Si bien combatimos al virus y su letalidad, también debemos evitar los daños que pueda producir a largo plazo”.
Gabriela Villacís tiene un negocio de venta de aceites y filtros. Cuenta que cuando se inició la pandemia se contagió de covid-19, pero le trataron como laringitis: “Después de superar el virus, empecé a notar que me olvidaba algunas cosas, como los nombres de las personas. Sentí mucha angustia y decidí visitar al médico, quien me dijo que tenía síntomas de depresión, los cuales me trató con medicación”.
La niebla mental pos-covid es un evento sindrómico, es decir presenta signos y síntomas. A escala mundial, gracias a los testimonios de los pacientes, se conoce que afecta al estado cognitivo y aparecen alteraciones como la falta de concentración, fatiga mental, dificultad para encontrar palabras, problemas de atención, desinterés por algunas actividades que antes le eran gratas y pérdida de la memoria, que puede ir de leve a moderada.
De acuerdo con el experto, aunque ha pasado solo un año y cuatro meses de la pandemia, habría que esperar los resultados de los estudios a largo plazo. Por el momento, se ha establecido que esta secuela podría afectar entre el 10% y el 12% de la población. Otro dato importante es que la dificultad de concentración ataca al 78% de los pacientes, “se presume que los síntomas perduren en el tiempo si no son evaluados y tratados por un especialista”.
En cuanto a la vulnerabilidad, se ha evidenciado más casos de niebla mental en quienes permanecieron en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o presentaron gravedad, incluso sin haber estado en la UCI. Una de las teorías es que la causa de este padecimiento sería la liberación de moléculas, que se produce cuando se activa el sistema inmunológico para combatir las infecciones. Estas afectan al sistema nervioso. También se sabe que las proteínas del virus son muy parecidas a las que están en el cerebro, por lo que pueden camuflarse o mimetizarse y atacar su funcionamiento.
Sin embargo, la ciencia explica que la niebla mental no es una afección exclusiva de pacientes que han superado el covid-19. También se presenta en personas que han atravesado otro tipo de enfermedades infecciosas como la neumonía o la influenza y no necesariamente en forma grave, sino con intensidad leve y moderada.
Para Celis, lo más importante es reconocer que se tiene el problema. “Por lo general, los pacientes o sus familiares cercanos empiezan a notar que el accionar diario de la persona se ve afectado de alguna manera y esa debe ser una alerta inmediata”. Al momento, no existe un tratamiento específico o una manera de prevenir los problemas neurológicos como la niebla mental pos-covid, porque la afectación depende de la gravedad de la enfermedad y de cómo responde cada organismo al ataque del virus. Sin embargo, lo que se recomienda es evitar actividades dañinas para la salud como fumar e ingerir bebidas alcohólicas. Otra sugerencia del especialista es evitar la automedicación. Si se presentan signos o síntomas, se debe acudir a un neurólogo, para evaluar el caso, tomar las medidas terapéuticas y realizar la rehabilitación necesaria.
Gabriela aún siente pinchazos en la garganta, decidió dejar los antidepresivos y se ha volcado a la lectura para mejorar su memoria. Cuenta que aún no se recupera al 100%, sigue con ciertos olvidos.
