La enfermedad renal crónica es el trastorno de los riñones causado por distintas enfermedades, entre ellas la diabetes, que ocasiona que estos órganos no puedan filtrar la sangre correctamente. Las cifras mundiales estiman que, del total de personas diabéticas, el 90% padecen la tipo 2. Y de ellas, dos de cada cinco (40%), desarrollarán enfermedad renal crónica, lo que reduce la expectativa de vida del paciente en unos 16 años.
En Ecuador, la prevalencia de diabetes en la población de 10 a 59 años es de 2,7%, con un incremento de hasta el 10,3%, en el tercer decenio de vida; de 12,3%, para mayores de 60 años; y, hasta un 15,2% en el grupo de 60 a 64 años.
Según indica la Organización Panamericana de la Salud (OPS), uno de cada 10 ecuatorianos, entre los 50 y 59 años, tiene diabetes y colesterol elevado. El Instituto de Estadísticas y Censos (INEC) afirma que 50 000 personas han fallecido a causa de esta enfermedad en la última década (51%), ubicándola como la segunda causa de muerte, detrás de las enfermedades isquémicas del corazón.
Los pacientes diabéticos tipo 2, quienes padecen de enfermedad renal crónica y además corren el riesgo de eventos cardiovasculares y hospitalizaciones, cuentan con un nuevo medicamento: el finerenona (principio activo). En una persona que ha sido diagnosticada con enfermedad renal crónica, los tejidos de los riñones se vuelven fibrosos y se inflaman, lo que causa que pierdan su función de filtro, “esta medicina bloquea la inflamación, reduce la fibrosis y disminuye los niveles de albúmina”, explica el Dr. Mauricio Chávez, asesor médico cardiorrenal de Bayer.
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