Cuando termina la temporada escolar, los niños realizan actividades deportivas y de entrenamiento al aire libre, que generan un desgaste de energía y deshidratación que se deben tomar en cuenta. Su alimentación y la cantidad de líquidos adecuados a la llegada del verano son muy importantes.
La Dra. Ana Altamirano, nutricionista de Vita Alimentos, aconseja el suministro de cinco comidas a lo largo del día, similar a la rutina que se tiene cuando están en clases, la cual debe incluir todos los grupos alimenticios.
Si se trata de cereales es recomendable que sean integrales como avena, arroz y pan integral, para evitar el estreñimiento y asegurar un adecuado incremento de energía. Dos vasos de leche al día, garantizarán –al menos– la mitad de los requerimientos de calcio que un niño necesita.
Además, los pequeños pueden consumir yogur y queso, que aportan proteínas de alto valor biológico y facilitan la restauración y regeneración muscular. El consumo de frutas es importante y se las puede combinar con leche para elaborar un batido, proporcionan fibra, agua y vitaminas para asegurar que la demanda de micronutrientes se cumpla y –en conjunto– con los cereales, prevengan problemas digestivos.
Altamirano también recomienda que la dieta diaria contenga carnes, huevos y queso, “que son grandes aliados para la ingesta de proteína y algunas vitaminas del complejo B”. Las leguminosas son benefactoras de fibra y hierro, y las grasas y azúcares, en correctas cantidades, tampoco se deben olvidar.
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