Una especialista explica los pasos a seguir para blindarse ante el exceso de RUV. Son importantes la hidratación, la alimentación y el uso correcto del protector. Sus mascotas también requieren atención.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) emitió el pronóstico de rayos UV para el pasado 30 de enero, con radiación entre moderada y muy alta. Este fenómeno se presentó en el Litoral y la Región Insular, y se mantendrá en la primera semana de febrero, especialmente en horas de la mañana. El comunicado fue publicado a través de su cuenta en X y afirmó que el índice UV estaría entre 8 y 10 para las provincias amazónicas; y, entre 11 y 12 (extremadamente alto) en Imbabura, Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo.
Esta condición azota a la capital ecuatoriana desde el 23 de enero, con picos máximos durante el 25 de enero, cuando alcanzó 13 puntos. El Observatorio Astronómico de Quito, en una entrevista a un medio de comunicación, explicó que “este fenómeno se debe a que las cintas de heliofanía (cantidad de brillo del sol) se han marcado desde las 7:00 hasta las 18:00, lo que, a su vez, ha provocado que la temperatura sobre algunas áreas de Quito se haya incrementado hasta los 25 grados centígrados”.
Pamela Vásquez, doctora en Medicina Clínica Estética, indica que el sol llega en forma variable, ya que depende de varios factores como la latitud, altura, estación del año, hora del día, nubes, viento, polución y espesor de la capa de ozono, que es la barrera más importante. Esta es producida por el efecto de la radiación UV sobre el oxígeno y se destruye a nivel de las nubes polares. Los rayos del sol que se producen van en diferente longitud de onda, siendo los de menor longitud los más dañinos para las especies vivientes.
La mayoría de las reacciones cutáneas se relacionan con la radiación ultravioleta, especialmente la UVA y la UVB. La última es la más peligrosa en relación a la carcinogénesis, al actuar directamente sobre el ADN celular. También causa las quemaduras solares (eritema y ampollas).
La UVA participa, en cambio, en el fotoenvejecimiento y potencia los efectos UVB. Debido a ello, se produce la mayoría de las reacciones de fotosensibilidad (alergias) y las inducidas por medicamentos o químicos (maquillajes).
Durante el día hay cambios en la intensidad de la radiación ultravioleta según el horario. Así, la UVA está presente desde que amanece, hasta que anochece, y la UVB, en forma significativa, desde las 10:00 hasta las 16:00, con un pico alto al mediodía. “Por la ubicación de Ecuador los rayos llegan perpendicularmente y directos”, comenta la profesional.
Hay varios efectos de los RUV, se estima que un 50% del perjuicio solar se debe a la formación de radicales libres, que dañan la elastina, colágeno, vasos sanguíneos, producen engrosamiento de la piel (fotoenvejecimiento), etc. Son los responsables de más del 90% de todos los cánceres cutáneos (melanomas).
Otra de las dolencias –explica la especialista– son el surgimiento de dos tipos de pigmentación (manchas). La directa o primaria, que aparece tras la exposición a la radiación UV y es el obscurecimiento del pigmento (melanina); y, la secundaria o bronceado, que es la síntesis de nuevo pigmento en los melanocitos (células que producen melanina), que se refleja luego de tres días seguidos de exposición solar.
Los efectos negativos crónicos son las manchas solares (lentigos y lunares) y el envejecimiento cutáneo prematuro, que son los desencadenantes de lesiones cancerosas y malignas (melanoma).
¿Qué se recomienda?
Vestir con ropa protectora (fibra tupida), algodón o lino, no jean. Usar camisetas o blusas de manga larga, que sean de tela fresca.
Las gorras, sombreros que cubran los laterales o paraguas, son importantes.
No olvidar las gafas para evitar el ojo seco o la rosácea ocular.
Evitar la exposición solar entre las 10:00 y las 16:00.
Aplicar fotoprotectores parciales o totales, que contengan óxido de zinc, dióxido de titanio o pantalla total. El agua termal también refresca y calma la piel inflamada.
El filtro solar se debe poner cada tres o cuatro horas. Si va a tener exposición directa al sol, hacerlo de 20 a 30 minutos antes para su absorción y colocarlo cada hora. No olvidarse las orejas, cuello, manos, alrededor de los ojos. Debe proteger de los UVA y los UVB, con factor de protección solar (FPS) mínimo de 50+.
Tener en cuenta que las luces blancas y la pantalla de la computadora también emiten luz ultravioleta. El hecho de estar en la oficina o en un lugar cerrado, no expuesto al sol, no le exime de usarlo.
Es clave la correcta hidratación. Lleve consigo un termo con agua, té frío, agua saborizada con limón o pepinillo. No beber jugos con azúcar o gaseosas. Ingerir frutas y verduras frescas y crudas para mantener su agua. Las sopas o café fríos también son buenas opciones.
Puede beber líquidos que contengan iones, sin azúcar o suero oral, si siente que está deshidratado en exceso.
Hay láminas de filtro solar que son ideales para las ventanas de las áreas donde se pasa más tiempo en la casa u oficina, igual para los autos.
Las mascotas requieren atención. Moje su cabeza y las patas de forma periódica, siempre verifique que tengan agua fresca para beber.
