Los métodos de reproducción humana asistida ofertan servicios que llegan al análisis cromosómico de los embriones concebidos en laboratorio. Esto incrementa la efectividad de un embarazo y asegura la salud del futuro bebé.
Según la Organización Mundial de la Salud, la infertilidad está definida como la incapacidad de concebir después de un año de mantener relaciones sexuales, sin protección anticonceptiva. El mismo organismo indica que una de cada cuatro mujeres, en los países en vías de desarrollo, han tenido problemas en este sentido. En Ecuador, en el 2010, se registraron 503 casos de infertilidad femenina. Al año siguiente, la cifra subió a 578. La mayoría de ellos, proviene de las provincias de Pichincha, Guayas e Imbabura, de acuerdo con la información alojada en el Anuario de Estadísticas Hospitalarias del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec).
El Dr. Pablo Valencia, médico ginecólogo con subespecialidad en Reproducción Humana y Técnicas de Reproducción Asistida, explica que las causas se encuentran distribuidas en factores femeninos (30%), masculinos (30%), combinados (30%) e inexplicables (10%). La edad es un elemento que se debe considerar. La mujer que no ha logrado embarazarse hasta los 35 años, luego de intentarlo por un año, y la de 36 en adelante, sin usar métodos anticonceptivos por seis meses, evidencian indicios de infertilidad.
Con este panorama, lo más importante es acudir a una consulta con un especialista en fertilidad. Los exámenes que se cumplen para confirmar o descartar esta condición son tres: hormonal de sangre, principalmente el de hormona antimuleriana, que indica la producción de óvulos con relación a la edad; ecografía vaginal, que permite analizar el útero (miomas, pólipos o malformaciones); histerosalpingografía, que es una radiografía con un tinte de contraste que indica si las trompas del útero son permeables o tienen alguna inflamación. En el hombre el estudio se reduce a un espermatograma, que ayuda a determinar la concentración, movilidad y forma de los espermatozoides.
El médico comenta que la principal razón de consulta es la edad materna avanzada. “Llegan muy tarde a nuestro centro de fertilidad, porque no han sido referidas por sus ginecólogos generales. Este es el principal motivo. Otras causas son la endometriosis, la obstrucción de las trompas o recanalización después de una ligadura. Y, en el hombre, la mala calidad de los espermatozoides”.
Para superar estos diagnósticos existe la posibilidad de aplicar tratamientos de baja y alta complejidad. El primero, está representado principalmente por la inseminación artificial, en el cual se estimula la ovulación de la mujer y se colocan espermatozoides directamente en el interior del útero, lo que genera una mayor posibilidad de la concepción. El segundo, es la fecundación in vitro, que tiene muchas formas de practicarla. “Se la puede efectuar con óvulos propios, donados o mediante una micro inyección espermática (introduciendo un espermatozoide dentro de cada óvulo). Lo más moderno de esta técnica es el procedimiento, a través del cual, se cultivan embriones hasta el quinto día de desarrollo (blastocisto). A estos se les extrae tres o cuatro células para revisar sus cromosomas. Esta es la intervención más moderna y efectiva que se realiza en el país. Tiene protocolos precisos, pero estamos a la altura de cualquier centro a escala mundial”, comenta el especialista.
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