Este tratamiento no causa dolor y es el aliado perfecto para consentir a su rostro u otra parte del cuerpo. Se lo recomienda a partir de los 25 o 30 años, donde aparecen los primeros cambios. Ayuda a la producción natural de colágeno.
Cuidar la piel y regenerarla, con ayuda de la tecnología, es posible. Imagine un pequeño esfero ergonómico, con diminutas agujas, aplicado sobre su rostro sin generarle dolor. El dermapen activa la producción natural de colágeno y se emplea para realizar microperforaciones en la capa córnea de la piel.
Así, las moléculas y los principios activos, que contienen los sueros o geles, ingresan sin dificultad y atraviesan la epidermis, para generar su efecto. Esta técnica restaura la tensión de la piel en los estados tempranos del envejecimiento, la engrosa y reduce ciertas cicatrices y estrías.
El dermapen, explica Pamela Vásquez, doctora en Medicina Clínica Estética, “permite trabajar con tranquilidad, ya que es casi imperceptible el dolor que siente el paciente. Al ser muchas agujas, que actúan al mismo tiempo, se disipa el dolor. Mientras mayor velocidad tiene el pinchazo, la sensación es menos perceptible”.
Para cumplir con el procedimiento, primero se efectúa una limpieza del rostro o de la zona donde se va a trabajar, con un dermolimpiador. Se desinfecta con alcohol regular. Cada aguja, a su vez, tiene un sinnúmero de agujas pequeñas, pueden ser 12, 32 y 36. “Al inicio del tratamiento, se trabaja con la que tiene el mayor número. El aparato es eléctrico y usa una batería recargable. Se regula la velocidad y la profundidad. Esto hace que el paciente pruebe su tolerancia frente al dolor”, explica la especialista.
Las sesiones son de, aproximadamente, 20 minutos. Por lo general, se ejecutan tratamientos que duran un mes, con una consulta por semana. De acuerdo al caso, las sesiones son más espaciadas, por ejemplo para despigmentar. Si es hidratación, se puede proceder una vez a la semana, y si es con el tensor, seis sesiones es lo ideal.
Está recomendado para pacientes a partir de los 25 o 30 años, en donde ya se empiezan a notar cambios en la piel. El dermapen utiliza un adaptador de cinco voltios. Tiene un peso de 62 gramos y las agujas se les adquiere de forma separada.
Este tratamiento es ideal para cicatrices. Su acción estimula la producción de nuevo colágeno y elastina, que mejora la calidad y textura de la piel, reduciendo las marcas. Ayuda con las huellas que deja el acné, regula el exceso de grasa y sebo, y los restos de piel muerta.
Del mismo modo, favorece la regeneración de fibroblastos (un tipo de célula que segrega proteínas de colágeno). El resultado es una piel mucho más equilibrada en cuanto a apariencia. Para las manchas faciales, es un aliado perfecto unido a otras técnicas. Su acción da luminosidad, normalidad al tono y otorga mayor uniformidad al cutis.
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